domingo, 10 de enero de 2010

Las cervecerías


La cervecería de Jacques, "Anno 1519" dice en la puerta




Cervecería "Brouwerj't Ij", la cerveza que venden la fabrican aquí


































En Amsterdam hay bares de todo tipo, desde los conocidos coffe shops en lo que no se consume alcohol hasta los cafés tradicionales, con el típico olor a café y sándwiches calientes. Y hay chocolaterías que perfuman el aire. Sin embargo, las reinas de la ciudad son las cervecerías.
Heineken y Amstel son las cervezas de Amsterdam, las más comerciales, la que dominan el mercado y las que conocemos en Montevideo. Pero lo mejor está en las otras cervecerías, en las que solo venden cerveza, en las que en los pizarrones se ofrecen más de doscientos tipos de cerveza provenientes, en su mayoría, de Bélgica. Porque son los belgas los reyes de la fabricación de cerveza, los monjes belgas más precisamente. Tienen dos tipos de cervezas: las trapenses y las de abadía. Las trapenses son las que hacen los monjes trapenses en el claustro del monasterio con una receta exclusiva y que se guarda con celo. Las de abadía tienen su origen en los monasterios pero su receta se ha comercializado y se hacen en grandes fábricas.
Las clásicas cervecerías son lugares más bien pequeños, con las paredes atiborradas de carteles, posavasos, afiches, pizarrones, botellas…, puestas casi sin criterio. Las mesas son pequeñas, hay poca luz y la barra siempre está mojada, llena de los típicos posavasos de cartón. Cada cervecería tiene cervezas de barril y en botellas. Las de barril suelen ser las cervezas de la casa y no es raro encontrar que las van variando. Ahora, por ejemplo, en casi todas hay cerveza de fin de año, negra, ideal para el frío.
Otro establecimiento muy común son los bares irlandeses, con su típica cerveza Guinness, negra y con cuerpo que se sirve de grifo en dos etapas para que la espuma quede correctamente.
Hay cervezas rojas, blancas, negras, rubias, ámbar… de todo tipo y color, de todos los sabores, con todas las consistencias imaginables. En las cartas o en los pizarrones ponen junto al nombre y el precio, la graduación alcohólica que cada cerveza tiene, variando desde 12% a 4% pero el promedio es de 7 u 8 %
Cada cerveza tiene su vaso, con la marca de la cerveza correspondiente y el tipo de vaso que destaca y resalta las características de la bebida. Hay vasos altos de boca chica, bajos de boca ancha, con pie tipo copa, con asa, de vidrio fino o grueso… toda una gama de vasos y copas que complementan el decorado de las cervecerías. Además de los posavasos de cartón con las marcas de las cervezas. Y cambia el posavasos cuando cambia la cerveza .
Amsterdam es el paraíso de los cerveceros.

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