A 42 kilómetros al este de Montevideo hay un pequeño paraíso llamado "Fortín de Santa Rosa". Pasar el verano allí es participar en una orgía de verdes, de trinos, de sol.
En medio de ese paisaje de árboles y casas casi escondidas por el verde surge la hostería. Es un edificio que imita los antiguos fortines que se construían sobre la costa para combatir la piratería del Río de la Plata. Hoy es un hotel que combina confort y sencillez.
El trayecto hasta la playa es, en sí mismo, un momento de disfrute: altos pinos que bajan casi hasta el "Paraná Guazú" ("río ancho como mar") nombre guaraní para el después españolizado "Río de la Plata".
Naturaleza en estado puro
Con mis amigas Marcela y Rosa y Pablinho, el hijo de Rosa. Un carioca de 6 años que me sedujo con su simpatía, su inteligencia y su prodigiosa imaginación. Un niño que derrocha amor.
Es un lugar hermoso, cuando yo era chica siempre íbamos con mis tíos y mi primo, en el aire se respira paz y la vista es linda, es un lugar donde puedo encontrarme conmigo misma...gracias por publicar sobre él. Ali
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