sábado, 30 de octubre de 2010

Miguel Hernández (1910 - 1942)


En abril de 1936 (foto de internet)

Umbrío por la pena, casi bruno...

Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena en mi paz y pena en mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.


Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

 Su casa natal en Orihuela, Alicante (foto de internet)

Retrato de Miguel realizado por el dramaturgo Buero Vallejo, compañero de cárcel
(foto de internet)

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